sábado, 24 de septiembre de 2011

Día 2: Martes 23 de agosto-CHICAGO

El segundo día en Chicago amaneció nublado. Tocaba sesión intensiva de arquitectura xeviesca...Frank Lloyd Wright y Mies van der Rohe.
Primero nos fuimos en metro a Oak Park que es un barrio residencial a las afueras de Chicago. El trayecto fue super bonito, como las vias son elevadas, vas viendo todos los barrios de las afueras desde arriba y en fin, que es super curioso ver los tipos de casas tan distintos a las de por aquí.

Al llegar a Oak Park empezó a llover a lo bestia y nos tuvimos que meter en una nave industrial enfrente de la parada de tren donde vendían ropa, Old Navy se llamaba, luego resultó que es una tienda de ropa de USA que está por todos lados. Nos compramos un paraguas algo hortera, (tenía que elegir entre el estampado de cebra o el de leopardo), y empezamos nuestra ruta por las unifamiliares de Wright.




También vimos la casa de Hemingway...

La mayoría de las casas tienes en la entrada una bandera de los Estados Unidos, pero esta casa era el paradigma del patriotismo casil, mirad:

Habían pintado la casa con los colores de la bandera, y en la puerta han colgado lazos con la bandera!!
Despues fuimos al United Temple, que es una especie de iglesia que hizo Wrigth para la "secta" a la que pertenecía. La verdad es que la iglesia era muy bonita, pero la idea de la secta da un poco de miedito...

Despues nos fuimos a tomar unas tortitas con sirope de arce (había que probarlo, no?) en una cafetería muy americana, (la pena es que las fotos estaban en la tarjeta), y me compré On the Road en una librería. Ya me lo había leido en español, pero esta vez quería intentarlo en inglés y así hacer un poco de ambiente rutero. Xevi se había traido de España el libro de Las uvas de la ira (regalo de cumple, cortesía de su mujer). Por cierto, he de confesar que yo no pasé del prólogo...en cambio Xevi sí leyó más, y dice que el libro es 100% recomendable, sobretodo si haces la ruta.

Bueno, he de decir, que ese día se cumplió la Ley de Murphy todo el tiempo, cada vez que nos metíamos en algún sitio cerrado, dejaba de llover, y cuando saliamos a la calle a pasear o ver edificios empezaba a llover. Como no hacía frío no nos cortó el rollo demasiado, y decidimos tomarnoslo con humor. Los relámpagos eran alucinantes, se veían super cercanos...yo nunca los había visto tan de cerca, la verdad, daba bastante impresión.

Con las barriguitas llenas nos fuimos al sur de Chicago a ver el Instituto Tecnocógico de Mies. Era un campus universitario precioso, Xevi estaba envidioso de ver a los estudiantes de arquitectura proyectando dentro de un edificio hecho por Mies. De esta parte del viaje no tenemos fotos porque estaban en la tarjeta extraviada, pero os dejo una foto de la web para que podais ver lo bonito que es:
Despues nos volvimos al hostel sobre las 18.30 de la tarde, nos comimos los restos de pizza del día anterior con una Root Beer. Fue una pena porque estaba asquerosa, pero Xevi se la estaba bebiendo emocionado, porq decía que en nosequé libro la bebían, así que le dije que a mi me sabía a Reflex y al decirselo ya no fue capaz de acabarsela. Luego una pedazo siesta, y por la noche al Buddy Guy's Legend a ver un concierto de blues, fue genial, para que os hagais una idea de los pedazo guitarristas que eran, uno de ellos -el veterano- se emocionó tanto que acabó tocando la guitarra con los dientes!!! Una pasada.
El concierto acabó tarde, sobre las 12.30, y no teníamos mucha hambre despues de la merienda cena que nos habíamos pegado, así que nos volvimos al hostel dando un paseín por el Loop, y nos fuimos a mimir, que al día siguiente salíamos hacia Amarillo (Texas), y teníamos que estar prontito en el aeropuerto.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Día 1: Lunes 22 de agosto-CHICAGO

Lo prometido es deuda, y aunque como consecuencia del "peaso" virus que entró en el netbook el primer día de viaje no he podido hacer crónica del viaje tal cual iba pasando, voy a intentarlo hacer ahora procurando no dejar nada en el olvido.

La odisea comenzó el domingo 21, cuando cogimos un vuelo interminaaaaaaaaaaable hacia USA, interminable porque por mi afan de ahorrar unos chavos, cogí un vuelo a NYC con escala en Zurich, y luego otro 5 horas despues de NYC a Chicago. Lo bueno era que volábamos con Swissair, y la comida estaba de puta madre (queso suizo, chocolate y pizza!!!). Vimos la peli de Paul, (una de unos frikis y un marciano que pasan por la Ruta 66) y ya fuimos haciendo ambiente.

En teoría saliamos de Madrid a las 9 y llegabamos a Chicago a las 10 de la noche...pero por desgracia no fue así: una tormenta en NYC impidió a los aviones despegar en tiempo, (Irene se avecinaba y nosotros ignorantes). Así que llegamos al hotel a las 4 de la mañana, y despues de más de 30 horas sin dormir (cambios horarios incluidos).

Ya en el Hostel nos pasó algo raro, la gente no era simpática como decían...el de la recepción con cara de malas pulgas y borde como él solo nos empezó a poner problemas, algo que nosotros a día de hoy no llegamos a entender, parte por nuestro inglés de andar por casa y parte porque realmente el asunto fue surrealista. El caso es que nos decía que como habíamos llegado a las 4 de la mañana ya no nos podía cobrar la habitación que habíamos reservado el primer día, lo que nos hizo pensar que nos iba a tocar dormir en el suelo, en el sofa o en un cuarto de literas con 40 personas roncando alrededor...pero no...señores, el cabreo parece ser que lo tenía porque la noche la pasaríamos en nuestra confortable habitación pero sin pagar un duret! En fin, que el Hostel de Chicago nos encantó, estaba genial de precio, super céntrico (en pleno LOOP), la habitación era grande y con vistas chulísimas (las cuales no podreis ver porque estaban en la tarjeta de memoria perdida), los baños, aunque compartidos, estaban separados por sexos y limpíiiiisimos, nos incluía desayuno y organizaban e informaban de todas las actividades que tenían lugar en Chicago. Lo cual nos permitió asistir a un concierto de soul gratuito en el Millenium Park.
El ambiente en el parque era genial! Unas señoras de Chicago nos pararon porque Xevi llevaba las savarcas y se ve que habían estado en Menorca y las habían reconocido.

Luego fuimos a la calle Adams Street, donde nace la ruta:

Hicimos desayuno-comida en Lou Michells, MADRE MIA como comen los yankis!!! Allí pasan varias cosas:
1.- Los platos son tan grandes que puedes pedir uno, comer dos personas, y aún así salir hinchado.
2.- Ellos mismos no pueden con ello, pero no son tan listos como nosotros que decidimos pedir un plato para dos (y poder probar así más diners), así que directamente les dan unos tupers cuando les llevan la cuenta para que se lleven la comida a casa.
3.- El cafe es tan aguado que pueden comer y cenar con café. Y mola muchísimo que venga MaryRose a servirte más cafe en esas cafeteras de cristal (me sentía como Kyle MacLachlan en Twin Peaks).
4.- Nada más entrar a en un restaurante te plantan un vaso gigaaaaaaante de plástico duro con hielo picado hasta arriba, una rodaja de limón (según los Estados) y una pajita para que siempre tengas agua bien fresquita.
5.- Los camareros te hacen mogollón la pelota y te cuidan muchísimo, porque "viven de las propinas" (entre 10-20%).
6.- Si pagas con tarjeta, puedes incluir en boli la propina que les quieres dar, a pesar de que te hayan pasado ya la tarjeta pro el datafono (mu moden'nos).

Despues fuimos a la Sears tower a ver el skyline de Chicago, ya que desde el Hostel podías comprar las entradas y te hacían descuentos y te ahorrabas las colas.
Luego fuimos hacía el norte, (una pasada la de esculturas que hay: Dali, Miró, y un mosaico precioso de Marc Chagall),
hasta llegar al Pier para ver el atardecer
con parada previa en Billy Coat tavern a tomar una cervecita. Dicen que fue el dueño de este local quien echó la maldición a los Cups por no dejarle entrar al estadio con su cabra...y desde entonces...


En el pier vimos un cartel con las millas de Chicago hasta Los Angeles...aunque me da a mi que en avión se ahorran unas cuantas millas, porque ya lo dice la canción..more than 2 thousand miles all the way...



Acabamos en la playa de Chicago, es muuuuuuy fuerte, el lago Michigan tiene unas olas que ni en el Cantabrico! Es una sensación rarísima porque parece un mar, no se ve el otro lado y tiene olas!!

Y por la noche...siguiendo los sabios consejos de Esther, nos fuimos a cenar a Giordanos. Madre mía la pizza rellena que nos zampamos!! Evidentemente nos dejamos más de la mitad (nos pilló la novatada, pero el invento del tupper nos salvo la cena en el hostel el día siguiente).
Otra cosa que nos encantó es que cuando pedíamos cerveza por la noche nos pedían el DNI, lo cual nos emocionaba muchísimo porque dábamos por hecho que era porque parecíamos unos venteañeros...en fin, luego nos enteramos que tienen obligación de pedirlo a todos aquellos que aparenten 30 o menos.

Bueno, chicos...despues de toooooodo el día pateando la ciudad queríamos al Signature Lounge a tomarnos una copa con vistas de Chicago, pero estabamos muertos y nos volvimos al hostel a mimir...

Mañana será otro día!!!!