Para empezar nos hicimos con Ame, (así pronuncian Amarillo los yanquis: Eimeruelo) que nos acompañó y amenizó todo el viaje hasta New York y se vino a España:
Emprendimos nuestra camino hacia Santa Fe, y la primera parada fue Cadillac Ranch, una excentricidad de un millonetis que en los años 70 y debido al declive de la R66 decidió rendirla tributo y montar una turistada que motivara a los que pasaban por allí. La verdad es que no se que impresiona más, si los cadillacs incrustados en medio del desierto, o los botes de graffiti que forman una alfombra alrededor…me da mucha penita lo de mi cámara, porque aquí hice muchas pruebas con el filtro que nos había dejado Colomerini, y con el trípode, y las fotos salieron muy artísticas.
Acto seguido nos fuimos a Adrian, el que se supone Midpoint de la Ruta (aunque también exige este título Vega). En Adrian está el Midpoint Café, una cafeteria typical american, donde hacen unas tartas espectaculares: nos zampamos una a media mañana de crema de cacahuete, que estaba de vicio. Y después nos salimos a la gasolinera abandonada que está al lado a cantar un blues…
Cuando el blues entra por la puerta, la tristeza sale por la ventana
Cuando el blues entra por la puerta, la tristeza sale por la ventana
a veces hace falta eso desde primera hora de la mañana
Cuando el blues entra por la puerta, la tristeza sale por la ventana
a veces hace falta eso desde primera hora de la mañana
Qué momento!!! Baila que te baila al son de la guitarra!
Siguiente parada, Vega: otro pueblecito chiquitín donde no vimos un alma.
Después paramos en Glenrio, un ghost town súper auténtico formado por un motel y una gasolinera abandonados y una infinidad de árboles inclinados, que se han ido deformando por la fuerza del viento.
Glenrio es el último pueblo de Texas, de hecho el motel abandonado, según por donde vengas se presentaba como el primer o el último motel de Texas. Esto lo se porq en la guia que teníamos se veía el cartel desde los dos lados, pero ahora ya no se ve entero, está medio roto.
El primer pueblo de New México en el que paramos fue Tucumcari, yo tenía ganas porque había fichado un motel muy chulo, en el que nos hubiéramos quedado a dormir de no haber pasado noche en Amarillo.
Bueno, al ritmo que llevábamos de paradas, podéis imaginaros a qué hora comimos…encontramos un sitio de comida mexicana que se llamaba La Cita, y en fin, estaba genial. Tucumcari era super rutero, lleno de moteles con estética retro, pero teníamos demasiada hambre y ya estábamos muy cansados, y nos quedaba más de la mitad del camino!!!!
Siguiente parada Santa Rosa, creo recordar que íbamos tras la búsqueda de un lago azul y muy apetecible que no llegamos a conocer, fue una de las múltiples veces que nos perdimos en un pueblo…nadie es perfecto! De ahí subimos a Las Vegas por un desvío de la I-40, el camino fue precioso, conduje yo y me las vi canutas con el coche automático. Era un paisaje bastante frondoso para lo que habíamos visto hasta ahora, y lo disfrutamos un montón. Estaba lleno de ranchos, y no había ni Harry en la carretera…alguna camioneta que otra, y poco más.
Cuando llegamos a Las Vegas (no confundir con la ciudad de Nevada), era ya tarde, creo recordar que intentamos ir a una especie de parque natural con unas ruinas, se llamaba Pecos, o algo así…con ruinas de la época de la colonización española. Pero no pudimos entrar porque estaban cerrando.
Continuamos en ruta hacia Santa Fe, y una vez allí empezamos a buscar hostal, dimos un paseo por el centro del poble, y nos dimos cuenta de que nos habían regalado una hora al entrar en el estado de Nuevo México.
N.M. era muy bonito, pero la verdad es que no es de las ciudades que más nos gustó, era un poco pija la verdad, se ve que los ricos de Colorado pasan allí las vacaciones de verano, y había mucho snob, mucha galería de arte, y mucho vagabundo borracho, que alternaba con vagabundos más agradables que se plantaban en medio de la plaza del poble a tocar música en directo.
Nos acostamos sin cenar, estábamos todavía haciendo la digestión del desayuno del Big Texan que no fue poco, la tartade Adrian, deeeeeeeeeeeensa tarta de mantequilla de cacahuete con base de galleta mantequillosa machacada, deliciosa, conste, y los nachos, jalapeños, burritos y demás combo de comida mexicana que nos pedimos en la Tucumcari…
Pues nada, chicos, con esto termino el día 4, ya habeis visto lo triste que ha sido poner ni una mísera foto nuestra en este post, pero es que no tengo ni una!!! Ahora, no os creais que me importa, así tengo una nueva excusa para repetir!!!!!
Hasta otra.